jueves, 18 de junio de 2015

Pantasma y Wiwilí esperan

Estelí, Madriz, Nueva Segovia, Matagalpa y Jinotega, aún esconden – pienso – lo mejor de sus atractivos turísticos. El norte de Nicaragua tiene mucho que contar… y el cuento apenas inicia.


El río Coco, visto de Wiwilí Jinotega, hacia el sur: se observa el transporte de mercadería 

Su geografía recortada abruptamente, su clima, increíble brumoso, como en Jinotega, da paso a micro-climas que cambian y se conjugan hasta bajar al clima cálido y lluvioso de la costa Caribe. Sus tribus de origen Matagalpa o Chontales, o Ulúas, dejaron a lo largo de su geografía testimonio de su escogencia, de su presencia y forma de pensar; hoy nos toca entenderlo.

Una pequeña muestra de ese potencial turístico de la zona norte, son los municipios Pantasma y Wiwilí (en realidad debiera escribirlo Güigüilí).

La carretera de Pantasma a Wiwilí, es un tramo notable de nuestra historia y de nuestra geografía. Si Usted quisiera tan solo una pequeña prueba de lo mucho que ha cambiado Nicaragua, sólo tiene que visitar este pedacito de geografía y hacer su propio juicio de nuestra belleza y de nuestro reencuentro como país, nación y cultura.

Si Usted no conoce Pantasma, no debe dudar en visitarlo: fue considerado a lo largo de muchos años un lugar mítico para los conquistadores españoles. A inicios de nuestra historia, la región se plantó como una zona mítica de fantasmas y deidades indígenas que atemorizaron a los españoles.

Wiwilí, fue una zona de embarque de madera, su papel en la orilla del río Coco fue de servir de último punto de acceso desde Nueva Segovia a la Costa Caribe de Nicaragua. Su importancia estratégica se vio aumentada durante la guerra del General Sandino, que propuso este municipio, como un modelo de desarrollo comunitario.


Detalle del ribera oeste (Nueva Segovia) del río Coco

Como les decía, hoy ambos municipios – Pantasma y Wiwilí – y sus pobladores, apenas comienzan a mostrar su gran potencial productivo: café, cacao, musáceas, granos básicos, ganado y demás; y en el tema de turismo… juzguen Ustedes.

Estuve en cada una de las comarcas de Pantasma sobre el camino a Wiwilí: El Aserrío, El Malecón, Estancia Cora (Guasimal), El Chile, Bocas de Vilán, Zompopera 1 (El Bojazo), Zompopera 2 (Zompoperita), El Comal y El Cuá Abajo. En cada una de ellas he hablado con los productores campesinos, y en cada una de ellas he encontrado la propuesta de seguir adelante. Así que, el despertar turístico de esta zona es cuestión de tiempo.

En Wiwilí, sus comarcas La Marañosa, La Concordia, Maleconcito, Corozal, El Jicote y El Cacao, todas ubicadas sobre la carretera a Pantasma, igualmente esperan un aumento del turismo con la construcción de la carretera de concreto hidráulico, que ya está en diseño.

Los dos principales atractivos de Wiwilí son su propia ribera junto al río Coco, el río más portentoso de Nicaragua; y su adyacente macizo Kilambé, que es un conjunto de alturas de más de mil metros, con una alta diversidad biológica.

Primero les hablo del río Coco. Este río divide a los Departamentos de Jinotega y Nueva Segovia. En el caso del Departamento Nueva Segovia, para llegar ahí la ruta es Ocotal – San Fernando – Susucayán – Quilalí – Wiwilí; y en el caso del Departamento Jinotega, la ruta es Jinotega – Pantasma – Wiwilí. Ambas rutas se encuentra en el río Coco. En resumen, hay dos municipios que se llaman Wiwilí, uno pertenece a Nueva Segovia, el otro a Jinotega, y están separados por el río Coco.

El río Coco, como les contamos antes, nace en el cañón de Somoto, al juntarse los pequeños ríos Comalí (que viene de Honduras) y Tapacalí (que viene de de San José de Cusmapa). Cuando pasa por Wiwilí ya ha recibido los aportes de los ríos Macuelizo, Dipilto, Estelí, Jícaro, Pantasma y Cuá. Los pangueros o lancheros que trabajan ahí conocen la dinámica de vida del río: por ejemplo, cuando lleva mucha lechuga de agua saben que está lloviendo en el río Cuá, y así conocen las demás cosas de sus llenas, sus bajos, corrientes, y demás.



El macizo del Kilambé, observado desde las haciendas cafetaleras en San Felipe

Después de Wiwilí, el río Coco recibe los aportes de los río Poteca (Pochteca: significa “comerciante” en nahua), Amak, aunque los mestizos decimos “Hamaca”, (Amak: significa “jicote” en mayangna) y finalmente el río Waspuk.

Segundo, les hablo del Kilambé, que en realidad es un macizo o conjunto de cerros, sus principales alturas son: Peña del Gigante (1484 msnm), Las Nubes (1689 msnm), el Bordo de las Ventanas (1630 msnm), La Peña (1526 msnm), y El Chorro (1626 msnm); en sus alturas aún es posible la observación de Quetzales; aunque también se reporta la observación de pumas, dantos y el pájaro campana.

Si quiere darse una idea del Kilambé, solo ponga en el Google Earth: Reserva Natural Cerro Kilambé, Jinotega, Nicaragua. Ahí aparecen también por defecto los lugares San Felipe y Kilambé, que es en realidad la comarca Maleconcito, ubicada sobre la carretera. También, si le da en el Google Earth activar “carreteras” le va a aparecer la carretera Pantasma – Wiwilí, con el número 43.


Pequeña capilla rural en la comarca La Marañosa, muy cerca del río Cuá

Al igual que otros atractivos “vírgenes”, aún no hay en el macizo sitios para la recepción de turistas, así que si va por su cuenta, y quiere ir, se va desde Managua a Jinotega, y de ahí a Pantasma, después desde Pantasma hasta Wiwilí y al llegar a la comarca Maleconcito toma el camino carretero (bien rotulado) hasta la comarca San Felipe, en donde podrá contemplar de primera mano el macizo. Si desea alguna caminata, podría contactar con pobladores locales para hacer este recorrido. Desde San Felipe se puede apreciar un pequeño hilo de agua que baja de sus paredones de piedra volcánica.

El Kilambé tiene más de 55 kilómetros cuadrados y separa o divide los cursos de los ríos Coco - a su izquierda - que va paralelo a la carretera hacia  Wiwilí; y a su derecha - el río Bocay. Por el norte, limita con la comunidad Plan de Grama, y por el sur con Aguas Rojas

Con los pobladores locales constatamos que existen visitas de turistas extranjeros a la zona, aunque no supieron identificar la turoperadora.

La recomendación general es que visite el lugar, pero no en época de lluvia fuerte, porque para ir a San Felipe hay que pasar por vados que se llenan durante el invierno. Otra recomendación es que si quiere ir hasta San Felipe debe ser en un vehículo 4 x 4 en buen estado, porque hay subidas fuertes.

Pero, no queremos insistir más, lo mejor es que si quiere ir… simplemente vaya; visítelo y seguramente – si ama la naturaleza – no se arrepentirá.